Exterior de la vivienda
El exterior de la Casa Fuelle no se integra en la naturaleza, más bien parece que se posa encima del terreno. Es ese el propósito de los arquitectos, "unir naturaleza con tecnología", integrar la arquitectura en el paisaje pero mostrándose artificial. Esto se consigue con el color blanquecino de las fachadas, que contrasta con el verde de la naturaleza.
Como el propio nombre indica, la planta de la casa imita la forma de un fuelle, o también a una baraja de cartas, y esto se debe a la división de la fachada en cuatro bloques (que se diferencian de color rojo en la siguiente imagen).
La división en bloques es provocada por la diferencia de tamaño de las fachadas. La fachada delantera es más estrecha que la posterior, pues esta segunda se abre al exterior y provoca la aparición de unos "pliegues" o rendijas.

La primera imagen muestra la facha de entrada, que tiene una forma convexa. Podemos ver la colocación asimétrica de la entrada, que está situada en uno de los quiebros.
La segunda imagen muestra la fachada de jardín. Esta, al contrario de la anterior, tiene una forma cóncava.
La casa presenta una geometría rígida. Se muestra una construcción limpia, con fachadas blancas y superficies lisas en las que se diferencian claramente los huecos elementales (puertas y ventanas). Las ventanas que dan al jardín son amplias y horizontales, mientras que las de la parte delantera son unas ventanas verticales estrechas, que resaltan los quiebros de la fachada.
Según los propios arquitectos la estructura imita una forma antropomórfica, como un animal que está elevado ligeramente del suelo. El levantamiento se consigue con un zócalo (indicado en la imagen en color rojo), que se rompe únicamente en la entrada.

Esta sensación se intensifica con la luz nocturna, dando la sensación de que la casa flota por encima del terreno.
Como el propio nombre indica, la planta de la casa imita la forma de un fuelle, o también a una baraja de cartas, y esto se debe a la división de la fachada en cuatro bloques (que se diferencian de color rojo en la siguiente imagen).
La división en bloques es provocada por la diferencia de tamaño de las fachadas. La fachada delantera es más estrecha que la posterior, pues esta segunda se abre al exterior y provoca la aparición de unos "pliegues" o rendijas.

La primera imagen muestra la facha de entrada, que tiene una forma convexa. Podemos ver la colocación asimétrica de la entrada, que está situada en uno de los quiebros.
La segunda imagen muestra la fachada de jardín. Esta, al contrario de la anterior, tiene una forma cóncava.
La casa presenta una geometría rígida. Se muestra una construcción limpia, con fachadas blancas y superficies lisas en las que se diferencian claramente los huecos elementales (puertas y ventanas). Las ventanas que dan al jardín son amplias y horizontales, mientras que las de la parte delantera son unas ventanas verticales estrechas, que resaltan los quiebros de la fachada.

Esta sensación se intensifica con la luz nocturna, dando la sensación de que la casa flota por encima del terreno.
La posible simetría del exterior se rompe con el desplazamiento de la entrada (que se encuentra en una de las rendijas pero no en la del centro) y con la terraza situada en el mismo lado.





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